Qué caldera comprar para gastar menos
Cuando llega la factura del gas muchos nos echamos las manos a la cabeza ya que es siempre un importante desembolso en los hogares españoles. Alrededor del 40% de la energía consumida es de la calefacción.
Para poder gastar menos lo primero que tenemos que hacer es un uso responsable de la calefacción, ya que se gasta sin moderación y se estima que la energía malgastada por cada 10 hogares se podría utilizar un frigorífico durante 15 años.
Es importante el ahorro económico pero también energético para cuidar el medio ambiente.
Qué caldera comprar según tus necesidades
Una buena manera de ahorrar es eligiendo la caldera adecuada. Esta elección dependerá entre otras cosas de la localización en la que se encuentre tu vivienda, porque no es igual la calefacción que puedes necesitar viviendo en la costa mediterránea o en el sur, que si vives en Asturias por ejemplo.
Las calderas más eficientes son las de condensación y permiten que reduzcas el consumo del combustible.
Obviamente no es lo mismo vivir en una zona cálida que en una zona fría. Es muy importante tener un buen aislamiento en la casa para evitar que se pierda el calor que hemos conseguido mantener dentro de las estancias.
Por ejemplo en zonas con temperaturas más suaves o en viviendas pequeñas es más eficiente comprar una caldera eléctrica ya que el gasto será mucho menor y además es un tipo de energía que respeta el medio ambiente.
La calefacción individual es más eficiente que la calefacción central y tiene muchas ventajas entre las que destaca el poder programar a la medida el tiempo que deseas que esté encendida, e incluso establecer las horas concretas del día en las que quieres que funcione.
Tipos de calderas
Aunque las más habituales son las calderas de gas, existen varios tipos de calderas: de gas, de gasoil o eléctrica. El calor se distribuye por medio de radiadores o suelo radiante. El suelo radiante no necesita que la temperatura del agua sea muy elevada y es más eficiente al distribuir el suelo por todo el calor.
Vamos a ver los diferentes tipos de calderas de gas que hay, su rendimiento y el ahorro que pueden producir. Diferenciamos tres tipos:
- Caldera Convencional: estas calderas tienen una vida útil de entre 15 y 20 años y alcanzan un rendimiento del 90% y aunque su principal componente es que operan con temperaturas muy altas, y por tanto el uso de combustible es mayor, además de aportar calor son aptas para la producción de agua caliente sanitaria. Estas calderas se pueden dividir en tres tipos según su combustión:
- Atmosféricas: se dejaron de vender en 2010 porque no tenían una salida de humos controlada. Este tipo de calderas, realizan la combustión por medio del aire de la estancia donde están colocadas.
- Estancas: estas calderas rinden más que las atmosféricas. En ellas tanto la entrada de aire y la salida de gases se realiza en una cámara estanca, cerrada y sin contacto con la estancia en la que se encuentra.
- Modulación automática de la llama: estas calderas ahorran energía al regular el nivel de la llama según las necesidades reales de uso, minimizando los arranques y paradas de la caldera.
- Caldera de Baja Temperatura: el funcionamiento es el mismo que el de las calderas convencionales solo que a temperaturas menores y con rendimientos de hasta el 95%. Son calderas estancas que pueden ahorrar hasta un 25% con respecto a las calderas convencionales, y además generan agua caliente sanitaria. Otra de sus principales ventajas es que pueden regular la temperatura según la demanda energética que se tenga en cada momento. Estas calderas también tienen algunos inconvenientes, por ejemplo que son más caras y además pueden producir condensación. Además los radiadores deben tener mayor superficie de intercambio.
- Caldera de Condensación: estas calderas también son estancas y su funcionamiento es el mismo que el de las calderas de baja temperatura, pero las calderas de condensación son capaces de aprovechar el calor o la energía de los gases de escape, consiguiendo unos rendimientos del 109%. Son por tanto las calderas más eficientes del mercado, capaces de regular la temperatura, según se necesite. La alta inversión que supone una caldera de condensación se compensa con todas las ventajas que conlleva su utilización: puede producir un ahorro superior al 25% con respecto a una convencional, además se utilizan para la utilización de agua caliente sanitaria y son aptas para sistemas centralizados. Hoy por hoy son las calderas más eficientes que podemos encontrar en el mercado.
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